Uno de los mejores dramas de todos los tiempos.
Un fanático de la televisión dramática no puede serlo así si no ha visto Los Soprano.
Teniendo como protagonistas a hombres conflictivos de la mafia y a sus familiares, este fenómeno televisivo tiene una excelente combinación entre drama criminal y personal.
Aquí cinco razones para ver esta joya.
El Ritmo
Pocos dramas avanzan tan rápido como este.
Con un arco complicado cada temporada, los personajes pasan por un sinfín de problemas, resueltos de manera eficiente y épica.
Tony es uno de los antihéroes más memorables de la televisión.
Más no es el único personaje imperfecto de la serie. De hecho hay pocos completamente buenos, o completamente malos.
Sin embargo, el amor por ellos es independiente de estas cosas.
Con una gran cinematografía, este exitoso drama también tiene técnicas visuales espectaculares.
Metiéndose por completo en la vida de la familia Soprano y sus asociados, la serie logra captar de manera perfecta los problemas dramáticos dentro del programa, mostrando tener uno que otro truco bajo la manga.
Sopranos es una emotiva y depresiva serie en su centro. Aunque también logra ser graciosa.
Sus personajes tienen una especie de humor negro característico para ambientarlos, así como sus intereses y la manera para ver sus vidas. Son paree de su personalidad.
Tony Soprano tiene dos familias: la mafiosa y la de sangre.
Esta dualidad, combinada de manera ideal, logra ver al fenómeno televisivo como algo innovador, fresco. O, mejor dicho, clásico.